Alquimista Espiritual
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¿Conocés la Comunicación No Violenta?

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    Victoria Farina
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Sé que ya he mencionado muchas veces la Comunicación No Violenta (CNV), pero la cuestión es que hace ya semanas que vengo hablando acerca de ella con mis consultantes en nuestras sesiones, y me encontré con la incomodidad de no tener algo más concreto y ordenado para poder compartirles.

A lo largo de todo el año pasado fui compartiendo publicaciones en Instagram y dejando ejercicios para que practicáramos, de hecho, hice una historia destacada que te la dejo aquí por si querés mirarla. En este artículo, me gustaría ordenar toda esa información de manera que sea fácil y práctico aplicarla, así es que vamos allá…

¿De qué se trata la CNV?

El Doctor en psicología clínica y educador Marshall B. Rosenberg desarrolló este método porque tenía un deseo sincero de aportar compasión y comprensión a las relaciones humanas, algo que, muchísimas veces, nos falta.

La CNV nos habla de CONEXIÓN, de una escucha flotante y honesta, y una demostración de empatía cuando nos relacionamos, de observar mis necesidades y las necesidades de esa otra persona. Nos ayuda a comprender que en frente tenemos a otro ser humano con sus propios sentimientos y necesidades. Nos enseña que detrás de cada actitud existe una necesidad y que, cuando no sabemos reconocerla ni expresarla, terminamos generando culpa, vergüenza, juicios, críticas y exigencias, y al final, violencia.

Cuando conocí la CNV casi lloré al ver lo violenta que era en mi comunicación, incluso me sigue pasando a veces, hasta en cosas que jamás pensé que podían considerarse violencia, como cuando alguien me contaba algo y yo respondía “a mí también me pasa”, y hablaba de mí en vez de darle ese espacio para que terminara de expresarse. ¿Te ha pasado? Pues no lo sabemos porque nadie nos lo enseña y es fundamental.

Lo otro que me enseñó la CNV fue el grado de apego a las emociones que se originan de esas necesidades, no solo las mías sino las de los demás. Siempre he sido muy sensible y he podido ver y sentir a las personas. Y cada vez que estaba con una persona que la estaba pasando “mal”, me llevaba a casa sus problemas y terminaba igual o peor. Y por eso fue que la CNV me ayudó tantísimo.

Etapas emocionales

Según lo que aprendí, las etapas son:

Secuestro emocional: dejo que las emociones se apoderen de mí y no soy consciente de lo que hago o digo

Contagio emocional: siento todo lo que la persona siente, me hago cargo de su dolor

Empatía: puedo ponerme en sus zapatos, me identifico con su dolor, pero tengo la consciencia de que no es mío

Compasión: comprendo su dolor, pero sé que esa experiencia le hará crecer y debe atravesarla, y esto me permite mantenerme en mi estado de centro y acompañarla con los recursos que estén a mi alcance sin olvidar que eso no es mío

Ejes de la CNV

Empatía vs. Simpatía

La empatía es uno de los ejes de la CNV y es importante comenzar por ella para poder tener una comunicación más amorosa con los demás.

En este video de Brené Brown queda claro que es interesante que sepamos distinguir entre empatía y simpatía, ya que la primera crea CONEXIÓN, mientras que la segunda nos lleva a la DESCONEXIÓN.

Brené explica que la empatía es la habilidad de tomar la perspectiva de otra persona, nos permite evitar juicios y reconocer la emoción en los demás, y así poder expresarlo.

Pero para poder sentir empatía es necesario que yo conecte con esa parte mía que conoce ese sentimiento...

La simpatía, por su lado, lo que intenta hacer es darle la vuelta a esa situación. En vez de buscar ese sentimiento dentro de mí, lo que hago es intentar que la persona ya no sienta eso, que salga de ese estado. Y terminamos, por ejemplo, diciendo cosas como “ya olvidate, salgamos a distraernos”, “ya vas a encontrar a otro/a”, “no estés triste por eso”, o bien usando frases que comienzan con “por lo menos”: “desaprobé una materia” = “por lo menos vos podes estudiar, hay tanta gente que no puede”.

Cuando una persona está atravesando un estado emocional, lo que en realidad necesita es sentirse escuchada, acompañada y comprendida, a veces no es necesario decir nada siquiera, simplemente estar allí, dar una abrazo o agradecerle el haberme contado. Una vez que hemos demostrado empatía, ya sí podemos usar la simpatía y sacar a la persona de allí.

Obstáculos para la empatía

Tengo que decirte que todo esto no es tan sencillo como parece... Por eso, acá te dejo también un resumen de los obstáculos para la empatía, de manera que podamos repasarlos cada vez que necesitemos:

Aconsejar: cuando una persona nos cuenta algo, muchas veces no quiere que le digamos qué hacer, solo quiere ser escuchada

Consolar: la persona puede sentirse incómoda si demostramos lástima, o por el contrario, podemos alimentar su victimismo

Solidarizarse: decirle “no puedo creer que te suceda”, contagiarme de la emoción de la persona y “alimentar” su estado no ayuda, ya que la persona tampoco puede estar creyendo lo que le sucede

Hacer juicios: a veces es difícil comunicar lo que nos pasa, y si nos animamos y al hacerlo recibimos críticas, lo más probable es que al sentirnos juzgad@s nos cerremos aún más o entremos en resistencia

Educar: ¿cuántas veces nos ponemos en rol de “yo te lo dije, o deberías hacer esto o aquello”? Esto tampoco crea conexión, la persona puede sentirse disminuida y alejarse

Contar historias: si la persona se siente mal y necesita expresarse, no se sentirá escuchada ni sostenida si sacamos el foco de sí y comenzamos a hablar de alguien más

Competir por el sufrimiento: si la persona me cuenta algo, pero comienzo a hablar de mí y de cuánto sufro, cambio el foco y desplazo a la persona

Cambiar de tema: puede que no sepa qué decir cuando alguien me cuenta algo o que no sepa sostener su estado emocional y termine la conversación. En vez de cambiar de tema y desconectarme, puedo simplemente decirle la verdad “no sé qué decirte o qué hacer, pero aquí estoy para acompañarte, no estás sol@”

Si bien todos estos comportamientos se dan con las mejores intenciones de ayudar, son obstáculos para crear conexión y nos alejan de la empatía. La idea es crear un espacio en el que la persona pueda expresarse, de manera que se sienta comprendid@, abrazad@, escuchad@. Acá te dejo otro video acerca de la empatía por si querés seguir profundizando.

Autenticidad

El segundo eje de la CNV es la autenticidad. Muchas veces el conflicto en la comunicación con otra persona surge porque no somos capaces de expresar lo que realmente sentimos, y en vez esperamos que la otra persona “adivine” o “suponga” lo que me sucede... “ya debería saber lo que me pasa”.

Pues no, la otra persona no tiene por qué saber lo que nos pasa y lo peor es que va a estar interpretando nuestras reacciones o comportamientos en función de sus propios filtros mentales.

Ser auténtica es ser coherente conmigo misma, mostrarme tal y cual soy, y decir y hacer aquello que estoy sintiendo. A raíz de todas las creencias y los condicionamientos que tenemos instaurados, muchas veces no lo hacemos y colocamos la responsabilidad afuera, en los demás.

La CNV nos dice que la autenticidad es fundamental para crear conexión con otra persona de manera que pueda comprender lo que siento y necesito. Eso sí, aquí hay que aclarar dos cosas:

  • primero se recomienda aplicar la empatía, pues si yo voy por la vida siendo auténtica sin empatía, lo que genero es resistencia y desconexión, tengo que ser capaz de ver y percibir a la otra persona

  • ser auténtica no quiere decir que la otra persona tenga que hacerme caso en lo que yo quiera, pida o necesite, pero sí va a dejar en claro mi posición con respecto a la situación y podemos evitar malos entendidos

Así como con la empatía, puede parecer fácil, pero muchas veces no lo es. A mí me cuesta a veces ser auténtica y comunicar mis necesidades, son capas de cebolla que tenemos que ir soltando y con ellas creencias, juicios, miedos del qué dirán si digo, hago o muestro cómo realmente soy... Pero recordá, si vibro en coherencia, la vida me devuelve coherencia... entonces primero lo hago yo, dentro mío, para poder recibirlo de afuera.

En el próximo artículo te contaré acerca de los pasos de la CNV, pero mientras tanto te invito a que practiques estos ejes, la empatía y la autenticidad, para que te vayas preparando.

Como siempre les digo a mis consultantes, podés escribir todo aquello que percibas en tu diario de autoindagación para ir tomando cada vez más consciencia, principalmente en cuanto a la “simpatía” que utilizamos en vez de la empatía y a los obstáculos para la empatía en los que podemos llegar a caer.

Si querés estar al tanto de la energía de esta semana, podés escuchar el audio que preparo todos los lunes aquí.