Y ese toro enamorado de la luna…

El pasado 19 de mayo tuve la oportunidad de participar en el taller de Pablo Flores, “La luna: emociones, niña/o interna/o y relaciones. Hace años que estudio con Pablo a la distancia, pero esta es la primera vez que puedo verlo en vivo y para mí fue un hermoso regalo de cumpleaños :)

Lo que más me gusta de Pablo es su forma de explicar y compartir sus conocimientos, lo comunica de una manera tan sencilla que es imposible no captarlo, y me siento afortunada de poder estudiar en su escuela Astroterapéutica.

Durante el taller, nos habló de lo que la luna representa en nuestras vidas; no solo es un satélite ahí en el cielo que da vueltas a nuestro alrededor, sino que implica todo nuestro mundo emocional, representa a nuestr@ niñ@ interior y también a nuestra figura materna. Y en función de la ubicación que esta tenga en nuestra carta astral será la forma en que se exprese en nosotr@s.

Así como dice la famosa canción del toro que se enamora de la luna, yo soy una taurina muy enamorada de la luna, la estudio, la observo, me emociono al verla brillar en la noche, la encuentro incluso durante el día…

Aprender lo que la luna significa en mi vida me ha ayudado a comprenderme a niveles que nunca antes había imaginado, aquellos escudos emocionales que surgen cuando tengo que relacionarme con alguien, mi amor y dedicación por el estudio y el conocimiento, la ansiedad que me provoca estar sentada frente a una computadora sola sin hablar todo el día, incluso la incapacidad que tenía de hablar y expresarme, todo eso pude comprenderlo a partir del estudio de mi luna y fue totalmente revelador.

Siendo nuestro mundo emocional un aspecto fundamental de nuestra esencia y habiendo comprobado conmigo misma que sí funciona, he decidido utilizar en mis sesiones la luna astrológica de mis consultantes como recurso para que se conozcan mejor; lo que hago es trabajar sobre ella con flores y con toma de conciencia por parte de la persona para que esta pueda empezar a reconocer cuándo se activa su luna y que esos escudos vayan cayendo poco a poco…

Porque, al final, estamos aquí para relacionarnos y el objetivo es construir relaciones desde la base del amor y no del miedo, entonces bajemos los escudos y abracemos la luna mientras se peina en el espejo del río… :)