Alquimista Espiritual

Sororidad, un abrazo para el alma…

Sin dudas la vida siempre nos sorprende con alguna situación que nos lleva a incomodarnos. A veces nos acomodamos sin querer a esa incomodidad y nos vamos opacando poco a poco creyendo que no hay salida. Sin embargo, detrás de esa situación se esconde un gran tesoro, o mejor dicho, la llave maestra para abrir un tesoro que ni siquiera sabemos que existe, pero ahí está, y cuando lo abrimos, descubrimos que dentro de ese cofre hay una invitación… una invitación a despertar.

Hoy a la distancia, puedo verlo así y contarles que ese regalo me llegó a través de mi gran deseo de ser mamá. Tras dos años de búsqueda, muchísima angustia y una terrible carga de ansiedad, me crucé con la oportunidad de participar en un círculo de fertilidad: un grupo conformado por otras mujeres, que al igual que yo se encontraban recorriendo el mismo camino (en nuestro caso “difícil”) hacia la maternidad.

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Allí descubrí que los círculos de mujeres son un lugar de encuentro maravilloso, donde podemos expresarnos libremente, sentirnos comprendidas y sostenidas, sin que nadie nos juzgue. Un espacio enriquecedor donde aprendemos a escuchar y a escucharnos. En este caso la temática era la fertilidad, pero existen muchos tipos de círculos y las actividades que se realizan en ellos son muy diversas: ejercicios de relajación, meditaciones, dinámicas para activar y charlar acerca de diferentes temas, bailar, cantar, leer algún texto, hacer juntas algún trabajo creativo, etc.

En mi experiencia, el círculo de mujeres fue el puntapié inicial de un largo camino de autoconocimiento que me permitió conocer muchos recursos, herramientas y personas, hacia las cuales la vida se encargó de irme guiando y finalmente llegar a cumplir mi sueño de ser mamá. Lo importante es recordar que nunca estamos solas y sea cual sea el momento por el que estemos transitando, siempre nos llegarán los recursos que nuestra alma necesite.

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Verónica Chaves - Mamá con convicción