El poder transformador de las flores, parte 2

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Ya en un artículo anterior te hablé acerca de este caso. Hoy quiero contarte una noticia que me emociona y me deja la piel de gallina.

Esta semana recibí un audio de la madre de uno de mis consultantes, en el audio lloraba de emoción y quiero compartirlo con vos, no porque necesite hacerlo sino porque ella me lo ha pedido, ella quiere que esta historia ayude a más personas...

El adolescente de la foto tiene 15 años y es mi consultante. Su diagnóstico dice autismo Asperger, pero yo prefiero decir que es un ser de luz demasiado brillante y sensible para el mundo en que vivimos.

Su desafío siempre ha sido la expresión, le costaba interactuar con sus compañeros, participar en la escuela, incluso era todo un estrés salir a las juntadas con amigos porque se ponía muy nervioso y quería volver a casa.

Hace exactamente un año comenzamos un tratamiento con terapia floral. En aquel momento, su madre estaba muy preocupada porque él no accedía ni siquiera a hacer ningún tipo de actividad, ni física ni nada. Con las flores comenzamos a notar un cambio muy positivo. A los 4 meses, ya se animaba a salir solo con sus amigos y quería participar cada vez más en los grupos.

Hoy, un año después, tenemos la emoción de verlo participar en una obra de teatro, un musical, en el que incluso se animó a hacer un solo y a bailar. No puedo decir que esto fue solo producto de las flores. Fue un trabajo en equipo, la dedicación de su madre por querer ser una guía consciente que le dio las flores cuando él se resistía o se olvidaba, y también su profesor de teatro quien creyó en sus capacidades y lo alentó a que siguiera adelante.

Así es como se generan cambios, cuando uno solo no puede, se pide ayuda, apoyo, se hace red. No tengo ni media duda de que las flores gestaron ese cambio interno y le dieron fuerza para salir, pero como terapeuta mi trabajo termina allí, y es fundamental tener esa respuesta del otro lado, esa voluntad y ganas de querer cambiar y sanar.

En este momento, su madre desborda de emoción por tal logro alcanzado, pues no es una tarea fácil, y ver que hoy su hijo no solo se anima a salir y a expresarse sino que también lo disfruta, acaricia el corazón.

Tanto ella como yo deseamos que todos los niños y adolescentes que viven este tipo de desafío reciban ese apoyo y esa comprensión que tan importante es para su desarrollo feliz, sabiendo que existen métodos de sanación naturales más allá de los tradicionales, que pueden ayudarnos a alcanzar ese objetivo.

No me canso de decirlo, la terapia floral ha sido en mi vida un antes y un después, no solo por los resultados que veo en los demás, sino por mi propia experiencia. Las flores me han acompañado en procesos emocionales intensísimos que he tenido, han sido un sostén en momentos de dolor y desesperación, me han ayudado a despertar las virtudes que se encontraban adormecidas dentro mío y me han potenciado para que las saque y las utilice.

Es un camino que se recorre paso a paso, con paciencia, compasión y mucho amor, y los resultados, en algún momento, llegan...