Alquimista Espiritual
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Hora de atreverse a dar un paso y salir de la norma

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    Victoria Farina
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Transforma tus creencias para alcanzar tu verdadero potencial

¿Alguna vez te has sentido confinado por muros invisibles que limitan tu potencial y moldean tus creencias? Hoy quiero hablarte de esa “caja” en la que muchas veces son sentimos estar y te invito a que exploremos cómo nuestras creencias, la obediencia a las normas sociales y los prejuicios ocultos como la xenofobia pueden crear límites en nuestras vidas. Esta “caja” a menudo dicta nuestras acciones y reacciones, sofoca nuestro verdadero ser e impide el crecimiento personal.

En este artículo, me sumergiré en algunas ideas profundas y relatos de la vida real para ayudarte a reconocer y liberarte de estas barreras invisibles. A través de narrativas poderosas y consejos prácticos, mi objetivo es inspirarte a desafiar el status quo, re-evaluar tus creencias limitantes y abrazar una vida de autenticidad y libertad.

Naveguemos en el viaje de salir de esa caja llamada norma y encontremos el valor para convertirnos en nuestro yo más genuino.

Mi caja en constante evolución

Si tuviera que ponerle un nombre, es así como se llamaría mi caja. Si la visualizo, es como el propio universo: vasta, dinámica y llena de posibilidades infinitas. Dentro, está adornada con símbolos de Reiki, signos astrológicos, estrellas y planetas, cada uno representando aspectos de mi viaje espiritual y conexión con el cosmos.

Las paredes de mi caja son increíblemente flexibles. Un resplandor etéreo emana de las paredes, simbolizando mi luz y energía interior. Cuando las toco, son elásticas y se moldean a la forma de mis manos, lo que simboliza mi capacidad de adaptarme y transformarme. Estas paredes no son límites, sino extensiones de mi alcance, que responden a mis deseos y crecimiento.

Mi caja es transparente, lo que permite que la luz del sol, la luna y las estrellas penetren, iluminando mi camino y llenando mi mundo de inspiración. La transparencia significa claridad y apertura a nuevas experiencias y verdades.

Dispersas por todas partes, veo vibrantes flores que se abren, cada una representando momentos de crecimiento, sanación y transformación a través de mi trabajo como terapeuta floral. Estas flores no solo añaden belleza, sino que también simbolizan la esencia nutritiva y terapéutica que es central en mi vida y mi pasión.

Siempre que necesito salir o invitar algo nuevo a que entre, un simple chasquido de mis dedos abre una puerta o una ventana, y estoy lista para abrazar lo que venga a continuación. Estos son como portales que simbolizan mi disposición para explorar y dar la bienvenida a nuevas oportunidades mientras me mantengo arraigada en mi autenticidad. Aunque sigo trabajando en este aspecto porque considero que todavía me falta ser más auténtica.

Mi vieja caja

Claro que mi caja no siempre ha sido así. Hace muchos años, no podía ver ese resplandor etéreo emanando de las paredes debido a la niebla que llenaba completamente mi caja. Esa niebla me impedía ver mi verdadero potencial y me mantenía atrapada pensando que no era capaz de brillar intensamente.

Tuve que comenzar a hacerme preguntas: ¿por qué las cosas son así? ¿Quién dijo que las cosas debían ser así? ¿Por qué soy de tal forma? ¿Por qué debería obedecer? Al hacerme preguntas y abrir mis oídos, mis ojos y mi corazón para recibir las respuestas, esa niebla comenzó a despejarse y el resplandor comenzó a brillar más intensamente. Y pude ver no solo mi resplandor, sino que también descubrí que mis paredes eran flexibles y mi caja estaba llena de magia.

Profundicemos en las creencias

¿Qué es una creencia?

Una creencia es una convicción o aceptación de que ciertas cosas son verdaderas o reales. Son constructos mentales formados sobre la base de nuestras experiencias, influencias y percepciones. Las creencias actúan como nuestra brújula interna, guiando nuestros pensamientos, acciones y reacciones.

Se originan principalmente en la infancia, ya que cuando nace un niño, este no conoce nada del mundo; por lo que, todo aquello que sus padres o personas a su alrededor le digan será verdad para esa mente limpia e inocente.

¡Es por esta razón que debemos ser tan tan tan cuidadosos en las cosas que les decimos a los niños, ya que creerán que es verdad así sea que es algo ridículo o imposible para nosotros!

¿Cómo se estructuran las creencias en nuestra mente?

Las creencias se estructuran en nuestra mente a través de experiencias repetidas y reforzadas. A menudo están profundamente arraigadas y pueden ser:

  • Formadas a través de experiencias pasadas: Las experiencias, especialmente aquellas emocionales o repetitivas, contribuyen significativamente a la formación de creencias.

  • Influenciadas por figuras de autoridad: Las creencias a menudo se desarrollan según lo que aprendemos de padres, abuelos, maestros y figuras de autoridad social.

  • Reforzadas por el sesgo de confirmación: Una vez formadas, nuestra mente tiende a enfocarse en información que confirma estas creencias, reforzándolas aún más.

¡Las creencias crean lealtades invisibles!

Las creencias que tenemos pueden crear lealtades invisibles hacia nuestras experiencias pasadas, familias o normas culturales. Estas lealtades invisibles pueden influir de manera inconsciente en nuestras acciones y decisiones, manteniéndonos a menudo atrapados en patrones que ya no nos sirven. Reconocer estas lealtades puede ser el primer paso para liberarse y establecer nuevas creencias empoderadoras.

Y acá te voy a dar un ejemplo personal para que veas de qué manera podemos creer cualquier cosa que nos dicen y modificar nuestro comportamiento para respetar esa creencia.

Cuando era chica, mi padre me apodó la “caraculica” de la familia. Para quien no entienda esta palabra, se refiere a una persona que está siempre enojada o de mal humor.

Él tendía a repetirme esta frase habitualmente, me presentaba a sus amigos como tal y, de hecho, hacía chistes y se reía. Lo que generaba esto es que yo, cada vez más, estuviera de mal humor y enojada.

En mi adolescencia, comencé a percibir que yo no era siempre así. No podía explicarlo, pero sí podía percibirlo. Siempre digo que doy gracias a Dios por la consciencia que me ha dado, aunque he repetido patrones toda mi vida, por lo menos me daba cuenta de ello y buscaba formas de comprender qué sucedía.

Un día, volviendo de la escuela, esto me quedó clarísimo. Iba en el bus, riendo con mis amigos, de muy buen humor, hasta que me bajé del bus y comencé a caminar hacia el portón de mi casa. Mientras más me acercaba allí, más podía percibir los cambios en mi interior e, incluso, a nivel físico.

Mi cuerpo comenzó a rigidizarse, comencé a sentir un malestar que no sabía explicar de dónde surgía, y al atravesar el portal de mi casa, ya sentí ese cambio radical de humor. Recuerdo que en ese momento me pregunté a mí misma: ¿pero por qué me he puesto así de mal humor si hace unos segundos atrás me estaba riendo con todo el mundo y me sentía superbien?

En ese momento no supe encontrar la respuesta y demoré muchos años en hallarla, de hecho. No fue sino hasta que descubrí que existían lealtades invisibles y creencias limitantes que pude hacer la conexión.

En mi mente se había estructurado un rol, mi padre me había otorgado el papel de la caraculica de la familia y eso, en mi mente, era símbolo de amor. Si yo dejaba de actuar ese papel, estaría defraudando a papá y este dejaría de amarme.

Es así como un niño piensa: si yo no hago lo que dice papá, mamá o quien sea que está a mi cargo, entonces me dejan de amar y me quedo sola, abandonada, y me expulsan de la familia…

Por eso, si tenés hijo o sobrino, te invito a que observes cuáles son las frases que siempre le repetís. ¿Acaso le decis que es idiota, imbécil, tonto, malo, ignorante, vago, egoísta, o incluso muy educado, callado, que no molesta para nada, etc.? El niño, mientras más escuche esas cosas, más repetirá ese comportamiento porque, primero, te creerá todo lo que le digas y, segundo, pensará que es así como ganará tu amor y tu atención.

Creencias comunes que mantienen a las personas dentro de su “caja”

Aquí quiero darte unos ejemplos de las creencias limitantes con las que más me encuentro en mis consultas y con las que yo también he tenido que lidiar en mi vida:

  1. “No soy lo suficientemente bueno”

    • La sensación de que las propias habilidades o valor son inadecuados. Crea dudas sobre uno mismo e impide el crecimiento personal. Genera baja autoestima, ya que nos tendemos a comparar y minimizar.
  2. “Debo conformarme con lo que otros esperan de mí”

    • Resulta en vivir una vida basada en las expectativas de otros en lugar de los propios deseos. No importa lo que yo sueño y deseo, lo que importa es lo que mamá/papá/etc. esperan…
  3. “El cambio es arriesgado y peligroso” o “Nunca podré cambiar”

    • Una mentalidad fija que impide el crecimiento personal o el cambio. Esta creencia promueve el miedo a lo desconocido y mantiene a las personas atrapadas en su zona de confort.
  4. “El éxito es para otros, no para mí”

    • Una convicción de que uno no es digno de alcanzar sus metas. Limita la disposición de uno a perseguir objetivos ambiciosos debido a un sentido de falta de valor. Esto podría generar envidia y dejarnos atrapados pensando que no podemos tener lo que otros tienen (el jardín del vecino siempre es más verde, ¿te resuena?).
  5. “Lo que tengo que decir no importa”

    • La creencia de que la propia voz o las opiniones son irrelevantes.

En mi caso, esta es una de las creencias que más me han provocado dolor. El sentir que yo no merezco hablar, que es mejor que me calle y no diga nada, incluso porque molesto o incomodo a los demás.

  1. “El fracaso es el fin”

    • Ver el fracaso como un estado permanente en lugar de una oportunidad de aprendizaje. Muchas veces, esto genera que, para no fracasar, no hagamos nada y nos paralicemos, entonces al final, fracasamos de igual modo.
  2. “Necesito hacer sacrificios para conseguir cosas”

    • La noción de que lograr el éxito requiere renunciar a aspectos importantes de la vida o el bienestar propio.

Hora de la reflexión

Por esta semana, te invito a que visualices tu propia caja. Si tuvieras que describirla, ¿cómo sería? También te dejaré pensando en estas creencias que te compartí. Te invito a que reflexiones acerca de ellas o de muchas otras que puedan surgir mientras me lees y que las anotes en una columna.

El primer paso para cambiar nuestra vida es empezar a hacernos preguntas y desafiar esas creencias que tenemos. Ya luego de reconocerlas, podemos comenzar a generar cambios que nos lleven a un nuevo lugar.

La semana que viene te compartiré más información acerca de las creencias y te presentaré un cambio de percepción. Pero para que te sea realmente útil, sería importante que te tomes ese tiempo de reflexión y escribas las creencias limitantes que reconoces en tu vida.

También puedes ver el episodio del Podcast Versus – Harmony In Contrasts, en el cual hablamos acerca de este tema; te dejo el enlace aquí.

Y si quieres estar al tanto de toda la energía de esta semana en más profundidad, puedes escuchar el audio que preparo todos los lunes para la comunidad de Telegram aquí.