Alquimista Espiritual
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Resiliencia vs. Darse por vencido

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    Victoria Farina
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Cómo transformar el dolor y la desesperación en fuerza y propósito

¿Alguna vez has sentido que no perteneces a este mundo? Como si tu alma gritara por algo más, pero todo a tu alrededor pareciera suprimirlo. Hoy, voy a compartir mi viaje desde las profundidades del querer darme por vencida hasta las alturas de la resiliencia, y cómo encontré un propósito que cambió mi vida. Si alguna vez has sentido ganas de darte por vencido, este artículo es para vos…

Compartiré mi historia profundamente personal de lucha y triunfo. Pero esta no es solo mi historia, es un mensaje de esperanza para cualquiera que se haya sentido perdido, incomprendido o con ganas de darse por vencido.

Mi historia

Desde la niñez, me he sentido como un alienígena en este mundo, rodeada de personas que no podían ver lo que yo veía ni sentir lo que yo sentía. Mi sensibilidad a la energía y las experiencias esotéricas me hacían sentir diferente. Al crecer, luché por entender por qué el mundo era como era, no podía entender muchas cosas, como que fuera tan egoísta y violento, por qué todo era un sacrificio y por ahí. Era desgarrador, y llevaba un dolor profundo en mi pecho.

Era demasiado empática y sensible, y solía ponerme triste y preocuparme mucho cuando algo les pasaba a mis amigos, familiares o incluso animales. Sufría mucho al ver animales abandonados en las calles, y lo peor era que sentía que no podía hacer nada al respecto.

Aunque recuerdo llorar durante semanas cuando alguien estaba pasando por un mal momento o cuando sentía esa tristeza en mi pecho, también recuerdo que me repetía a mí misma “deberías ser más fuerte para ayudar a los demás; si ellos están sufriendo, vos podés ayudarlos”. Y te confieso que muchos días, lo único que me ayudaba a dejar de llorar y sentir dolor en mi corazón era rezar, rezar tanto a Dios y a los ángeles para que me dieran fuerza y me ayudaran; y el llamado era escuchado, como si hubiera sido magia, el dolor desaparecía.

El mundo invisible que nos rodea

Y así lo hice, me volví muy fuerte y me dediqué a conectar con la espiritualidad porque me di cuenta de que había algo o alguien allí que me escuchaba. Pero al mismo tiempo, a medida que profundizaba en el mundo invisible, practicando meditación, autorreflexión y Reiki, me sentía cada vez más alejada del mundo material.

Me volví apática hacia el consumismo y el materialismo, y a veces, sentía ganas de rechazar la vida por completo. Los pensamientos suicidas surgieron muchas veces cuando perdí la fe en la humanidad debido al egoísmo y la falta de respeto y amor que observaba. Sentía: quiero ayudar, pero miro a mi alrededor y no encuentro nada por lo que vivir, solo quiero darme por vencida, no quiero despertarme mañana... (cuando digo esto, recuerdo “El quinto elemento”, la película con Bruce Willis y Mila Jovovich).

Sin embargo, cada vez que surgían estos pensamientos, el universo intervenía. Ya fuera una llamada de un amigo, alguien tocando en mi puerta o incluso una paloma entrando en mi cocina en un momento crítico, algo siempre me sacaba de esa situación.

Comprendí que mis guías espirituales me estaban protegiendo y guiando. Y algo dentro de mí también decía: no lo hagas, estás aquí por una razón. Pero había días en que el deseo de acabar con mi vida era tan profundo que lo único que podía hacer era mandarme a mí misma a dormir. Simplemente decía: anda a dormir Vicky, antes de hacer cualquier cosa, solo anda a la cama, mañana será otro día. Esto nunca lo supo nadie y lamento mucho que mi familia se entere al leer esto, pero en mi mente, mi sentido de autosuficiencia no me permitía pedir ayuda…

Mi intuición, la brújula de mi propósito

Una noche llegué a un punto en que mi intuición se convirtió en un salvavidas literal. Era viernes por la noche y estaba cocinando en casa. Tenía mis auriculares puestos, escuchaba música mientras preparaba la cena y estaba por ver una película en el sofá.

De repente, el nombre de una amiga que había conocido recientemente comenzó a venir a mi mente. Sentí una sensación inexplicable, casi como si su nombre me fuera susurrado en el oído. Su nombre se repetía tanto que tuve que dejar de hacer lo que estaba haciendo y enviarle un mensaje de texto para preguntarle cómo estaba. Sentí una necesidad urgente de comunicarme con ella en ese momento específico (te cuento que me da escalofríos solo recordarlo).

Ella respondió casi de inmediato, diciendo que no se sentía bien, que estaba triste y no sabía qué hacer para sentirse mejor. No recuerdo nuestra conversación exacta porque esto sucedió hace muchos años, pero sí recuerdo decirle que tenía muchas cosas por las que estar agradecida, que necesitaba enfocarse en sí misma y practicar el perdón. Le envié algunas meditaciones que solía practicar en ese momento, si no recuerdo mal, específicamente una llamada Ho'oponopono, que es realmente muy poderosa.

Después de charlar un poco más, me despedí, le pedí que me dejara saber cómo se sentía después de la meditación y continué mi noche, escuchando música, cocinando y luego viendo mi película. Para mí, fue solo otro día. Más tarde, perdimos contacto por un tiempo, ya que me mudé.

Un año después, visité su ciudad nuevamente y la fui a ver. Durante la cena, comenzó a hablar conmigo en otro idioma para que su hijo no entendiera. Me agradeció por ese viernes por la noche porque mis mensajes le habían salvado la vida. Me dijo: “gracias a vos, mi hijo aún tiene madre”. Yo no entendía nada. Me confesó que había estado a punto de saltar por la ventana cuando recibió mi mensaje, y que después de hablar conmigo, se calmó y no lo hizo. Me sentía en shock; nunca imaginé cómo mi simple acto de contactar con ella había tenido un impacto tan profundo.

Cuando el propósito se vuelve el impulso de vida

Ese día, me di cuenta de dos cosas muy importantes: una, que no era la única que se sentía así y que tenía ese tipo de pensamientos; y dos, me di cuenta del poder de mi intuición y mi conexión con el universo. Me dije a mí misma: esa conexión es tan fuerte que, si sigo trabajando en ella y fortaleciéndola, podría salvar más vidas. Este fue un punto de inflexión para mí para decir: “Hey, estoy aquí por un propósito. Necesito compartir con los demás cómo lidiar con la tristeza, la apatía y las ganas de darse por vencida. Otras personas pueden necesitar esa luz”.

Así que en algún momento, después de muchas veces de rechazar mi encarnación y sentir este llamado, decidí empezar a abrazar mi existencia aquí y entendí que mi alma eligió este viaje. Tuve que volar tan alto como un águila para ver este mundo desde otra perspectiva, una perspectiva más alta, y obtener una imagen más amplia de la vida.

La meditación me ayudó a volver a mi centro. La Bioneuroemoción® me ayudó a sanar mi percepción del mundo. El Reiki y los remedios florales comenzaron a sanar mi dolor profundo, y cuando probé que esto funcionaba en mí, me emocioné tanto que quise compartir esto con todos. Y encontré propósito en ayudar a otros a sanar.

Cuando se enciende la llama de la resiliencia

Transformé mi desesperación y mi aflixión en una misión: un compromiso para dejar un legado en este mundo, demostrando que, al cambiar nuestra percepción y encontrar nuestro propósito, podemos encontrar la alegría y el significado en nuestras vidas. Y así fue como la resiliencia se encendió dentro de mí.

Mi viaje no fue fácil, de hecho sigue desafiándome cada día, pero todo eso que he vivido me hizo quien soy hoy. Y aún hoy, cuando veo ese egoísmo y violencia en esta jungla llamada Planeta Tierra, puedo sentir de nuevo esa tristeza y esa falta de fe, pero ahora me dura poco tiempo porque sé mi PARA QUÉ, sé que estoy aquí para ayudar a cambiar la percepción de este mundo para las generaciones futuras, y ese deseo es tan fuerte que es lo que me hace levantarme de la cama y seguir adelante.

Si te sientes perdido o sin voluntad, recuerda que hay un propósito para tu existencia. Cambia tu percepción, encuentra tu propósito, y la resiliencia llegará. El universo tiene un plan para cada uno de nosotros, y depende de nosotros abrazarlo. Sigue adelante, haz cambios en tu vida, da pasos hacia algún lugar, ¡muévete!, porque tu historia no ha terminado. Este mundo necesita tu presencia y tu luz.

Herramientas y recursos

Quiero compartirte algunas herramientas para que uses con la esperanza de que te sean útiles:

Meditación Ho'oponopono

Es la práctica hawaiana antigua de reconciliación y perdón. Se basa en la creencia de que nuestro mundo exterior refleja nuestro estado interior. Al asumir la responsabilidad de todo lo que ocurre en nuestras vidas y buscar el perdón a través de un mantra sencillo, podemos limpiar y sanar nuestras emociones y relaciones. El mantra consiste en repetir las frases: “Lo siento. Perdóname. Gracias. Te amo”. Esta práctica tiene como objetivo restaurar el equilibrio y la paz dentro de nosotros mismos y en nuestras interacciones con los demás. Te dejo una aquí.

1. “Lo siento” Esta frase reconoce la responsabilidad por cualquier realidad que puedas haber distorsionado. Es una admisión de que algo ha salido mal y un paso hacia enmendarlo. Habla de asumir tus acciones, pensamientos y comportamientos que podrían haber contribuido al problema.

2. “Perdóname” Con esta frase, buscas el perdón por cualquier daño o energía negativa que puedas haber causado, ya sea consciente o inconscientemente. Es una súplica de reconciliación y una petición sincera para dejar ir los rencores y las emociones negativas que puedan estar vinculadas a la experiencia dolorosa.

3. “Gracias” Esta expresión de gratitud reconoce la oportunidad de corregir un error y crecer a partir de él. Es una manera de mostrar aprecio por el perdón recibido y el proceso de sanación en marcha. También puede significar gratitud hacia uno mismo o la guía espiritual por ayudar en el viaje.

4. “Te amo” Esta poderosa frase sirve para restablecer una conexión con uno mismo, con los demás y con el universo. Emite energía positiva, compasión y un profundo sentido de unidad. Esta afirmación ayuda a sanar y restaurar el equilibrio en las relaciones, tanto internas como externas.

Registrar éxitos de resiliencia

Reflexiona sobre un momento en que superaste un desafío significativo. ¿Qué aprendiste sobre ti mismo? Si superaste ese desafío significa que tienes la capacidad de superar cualquier otro desafío que pueda venir en tu camino.

Listas de gratitud

Escribe tres cosas por las que estás agradecido cada día. Esto ayuda a cambiar el enfoque de la desesperación a la apreciación.

Compañeros de responsabilidad

Encuentra un amigo, un familiar o algún terapeuta o coach con quien revisar regularmente tus metas y progresos. Si tienes el modo “autosuficiencia” ON, ¡te digo que puedes vencerla! Tener a alguien con quien hablar te permite no llegar al extremo de sentirte desbordado y querer darte por vencido.

Unirse a comunidades

Puedes unirte a foros, grupos de redes sociales o grupos comunitarios locales centrados en el crecimiento personal y la resiliencia que estén alineados con tus intereses y valores de manera que puedas crear una red de apoyo.

Mensaje del Universo

Te dejo una frase clave para esta semana: “Al servir a los demás, descubrimos la fuerza dentro de nosotros mismos”.

A medida que el Sol entra en Virgo, comienza un tiempo de atención minuciosa al detalle y servicio sincero. Virgo nos enseña que la verdadera resiliencia no se trata solo de soportar dificultades; se trata de encontrar propósito a través de actos de amor incondicional y compasión. Cuando nos dedicamos a servir a los demás, accedemos a una fuente inagotable de fuerza y coraje, lo que facilita enfrentar los desafíos de la vida.

Te dejo esta sugerencia poderosa: Abraza la energía de Virgo convirtiéndote en un faro de luz para quienes te rodean. Recuerda que, cuando tu alma se siente útil, tu espíritu gana la fortaleza necesaria para superar la adversidad. Canaliza tu energía en actos de bondad y servicio, y observa cómo crece tu resiliencia.

Mis mensajes

Te invito a que esta semana hagas algún ejercicio para practicar la resiliencia a través del servicio. Te dejo aquí unas ideas:

Actos diarios de bondad: Haz un compromiso de realizar al menos un acto de bondad cada día. Puede ser algo pequeño, como ofrecer una palabra de aliento o ayudar a un vecino. Ser consistente con estos actos reforzará tu sentido de resiliencia.

Voluntariado: Encuentra una causa u organización que te apasione y ofrece tu tiempo como voluntario. Sumergirte en el servicio puede proporcionar un impulso poderoso a tu sentido de propósito y resiliencia.

También te invito a ver el episodio del Podcast Versus – Harmony In Contrasts, en el cual hablamos acerca de este tema; te dejo el enlace aquí.

Además, si querés estar al tanto de toda la energía de esta semana en más profundidad, podés escuchar el audio que preparo todos los lunes para Telegram aquí.