Alquimista Espiritual
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¿Responsabilidad afectiva?

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    Victoria Farina
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Te confieso que me he puesto a leer e investigar antes de escribir acerca de esto. Hace rato que tengo ganas de mencionarlo, pero no comprendía su significado en su totalidad. Y esto es porque la he visto ser utilizada por personas completamente irresponsables e incoherente, y me ha generado incluso dudas al respecto.

En sí la frase es muy fácil de entender. Estamos hablando de un compromiso que se da en el ámbito afectivo, una responsabilidad emocional. ¿Pero realmente sabemos lo que eso significa? ¿Realmente la practicamos en nuestro día a día? Cuando empiece a contarte todo lo que aprendí, verás que no… que todos caemos en esa irresponsabilidad en algún momento.

Y claro que he querido investigar al respecto y hablar de ello pues porque, además de caer en eso muchas veces, también he sentido esa falta de responsabilidad de parte de otros hacia mi persona.

Responsabilidad afectiva y CNV

En otros artículos te he hablado de la Comunicación No Violenta (CNV) y cómo esta nos enseña que, además de mis necesidades, la otra persona también tiene las propias. Nos indica que, para generar conexiones saludables, tenemos que aplicar la empatía para comprender a la otra persona y que cada “NO” que recibo, es un “SÍ” para la necesidad de esa persona.

Pues bien, la responsabilidad afectiva es justamente tener muy en claro esto. Que además de mis necesidades y emociones propias, la otra persona también siente y necesita cosas, que pueden ser distintas a las mías.

La responsabilidad afectiva es tomar consciencia de que, delante de mí, hay otro ser humano que siente, piensa, necesita, y que no soy solo yo en esa ecuación. Lamentablemente, esto muchas veces se nos olvida y es allí cuando caemos en la irresponsabilidad…

Indicadores de la responsabilidad afectiva

Tal vez te estás preguntando: ¿entonces cómo sé si estoy siendo responsable o no? Pues hay algunos indicadores que podemos observar para determinar si realmente estoy siendo responsable en mis relaciones. Algunos ya te los mencioné en los párrafos anteriores, pero vamos a detallarlos:

Empatía

La empatía es la capacidad de “ponerme en los zapatos de la otra persona”, es decir, poder ponerme en su lugar y llegar a comprender qué siente, qué necesita esa persona, y poder generar una conexión que lleve a un entendimiento.

Respeto

El respeto es imprescindible en una relación. Puede que muchas veces no concuerde con lo que la otra persona desea, pero si logro ser empática y comprender su punto de vista, podré respetar sus decisiones. Sobre todo, cuando una persona desea una cosa, y la otra, desea otra, el respeto es fundamental.

Escucha flotante y comunicación

La escucha flotante es estar allí, presente en cuanto tengo a otra persona en frente, atender a lo que me dice y me comparte. Del mismo modo, expresar mis sentimientos, mis intereses, mis necesidades también es fundamental para conectar con la otra persona. Ambas partes se merecen tener ese espacio de expresión.

¿Cuántas veces una persona me habla y en vez de escuchar con atención estoy viendo el celular, respondiendo mensajes, pensando en otra cosa? ¿O bien, directamente no escucho, ya que la información me entra por un oído y me sale por el otro porque luego los hechos lo confirman?

Acuerdo mutuo

Ya que somos personas distintas con necesidades y emociones diferentes, muchas veces puede que no concordemos con lo que el otro dice o quiere. Y aquí es necesario llegar a esos acuerdos mutuos; para hacerlo, pues se necesitan todos los indicadores anteriores.

Lo importante es tener esas conversaciones, que muchas veces pueden generar conflictos o roces; pero no hay que tenerles miedo a los conflictos, son necesarios para seguir creciendo.

El problema se da cuando la persona, por no querer generar conflicto, miente, actúa por detrás o se queda en silencio sosteniendo una situación que no desea. Esto, en algún momento, llegará a un punto en que no se podrá sostener más y el conflicto seguramente será mayor.

Límites sanos

Muchas veces puede que nos cueste poner límites o decir lo que pensamos por miedo a la reacción de la otra persona. Pues te digo que los límites son necesarios en cualquier tipo de relación y es fundamental aprender a hacerlo.

A diferencia de lo que nos han hecho creer, no es necesario pelear cuando hacemos esto, sino que podemos ser muy asertivos y auténticos a la hora de marcar un límite, de manera que la otra persona tenga claro qué es lo que permitiré y lo que no.

Coherencia con nuestros actos

La coherencia es fundamental, pues si no me respeto yo y no practico lo que yo misma predico, no recibiré ese respeto de los demás y lo único que recibiré es más incoherencia.

También debo tener claro que todo aquello que yo haga o diga puede tener un efecto sobre la otra persona, y aquí es importante aplicar todo lo anterior. Tengo que estar dispuesta a hacerme responsable de las consecuencias de mis palabras y mis actos, y sostener la emoción que eso me genere.

Cuidar lo que amo o dejar ir lo que no puede ser

Esto es algo que aprendí por las duras. Me ha sucedido ya en diferentes casos que he tenido que dejar ir aquello que no podía ser y es necesario ser muy honesta con una misma para reconocer esto…

Hay veces en que dos personas tienen intereses diferentes y que, por más que se quiera mucho, esa relación no puede ir hacia adelante. El continuar implicaría que una de las partes se reprima, se abandone, deje de lado sus propias necesidades, emociones y deseos, y esto no genera más que dolor a largo plazo.

El ser responsable afectivamente implica tener esa conversación dura que pone fin a algo de lo que, quizás, nadie tiene la culpa, para seguir por su propio camino en coherencia con su corazón.

No es fácil hacerlo, pero, si puedo decirte algo, trae mucha paz interior y armonía. Anteriormente, me costaba mucho hacerlo, pero fui aprendiéndolo y, hoy, acostarme a dormir con la consciencia tranquila de que dije e hice lo que mi corazón me pedía es algo que no tiene precio y que volvería a hacer las veces que fuera necesario.

Y, por el contrario, si tenés una relación que amás y que deseás que perdure en el tiempo, pues te invito a que cuides de ella, que la nutras con empatía y respeto, que escuches a esa persona con atención y le comuniques tus emociones para que puedan llegar a acuerdos mutuos, que también pongas límites que siempre son necesarios y que, por sobre todo, seas sincer@ y coherente con vos mism@…

La próxima semana te contaré acerca de qué es la irresponsabilidad afectiva para que sigamos trabajando sobre este tema y logremos nutrir y cultivar relaciones más saludables y amorosas, ya que la luna llena de esta semana nos trae grandes desafíos y nos será útil aplicar todo esto.

Si querés saber más sobre la energía de esta semana, podés escuchar el audio aquí.

Y también podés leer el artículo aquí en Tiempo Consciente.